Un sistema de aireación probado en el tiempo.
La hélice, accionada por un motor eléctrico, aspira el agua para expulsarla por encima de la superficie del agua.
No sólo se consigue un alto grado de enriquecimiento de oxígeno, sino que además se mejora la circulación vertical del agua, ya que el agua del fondo se bombea a la superficie. Con los pozos de aspiración
adaptados a la profundidad del agua, el agua puede incluso transportarse desde mayores profundidades hasta la superficie.
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