Utilizados junto con las mallas protectoras, ayudan al cierre hermético de los ensilados.
Los sacos se rellenan de grava o arena, aportando peso y flexibilidad, adaptándose a las irregularidades de la pila del ensilaje.
Sustituyen el uso de neumáticos, permitiendo una gestión más limpia del entorno de trabajo (previene la proliferación de insectos y malos olores) y ocupando menos espacio de almacenamiento al finalizar la temporada.
-Alta resistencia a los ácidos y químicos.
-Ahorro en costos operacionales
-Larga durabilidad: 10 años de expectativa de vida.
-2 loops y un asa facilitan su manejo, ahorrando tiempo.