Los contenedores están formados por placas de acero onduladas y curvadas, galvanizadas en caliente y revestidas por ambas caras, que se atornillan in situ para formar anillos circulares.
La estanqueidad permanente está garantizada por una banda de plástico permanentemente elástica, que se inserta en las juntas de las placas durante el montaje de cada una de ellas.
El suelo del depósito está formado por una base de hormigón armado que se hormigona una vez instaladas las placas de acero completas y que se une a la pared del depósito mediante anclajes de suelo.
Gracias a la ondulación, los depósitos con acero corrugado Hamco son flexibles y estables, por lo que pueden instalarse total o parcialmente en el suelo o en una pendiente. El silo estándar se instala en el suelo a una profundidad máxima de 80 cm para proteger los cimientos de los efectos de las heladas y el calor. La instalación en tierra o en terraplén debe realizarse a la misma altura en todo el perímetro. El silo apilable es un depósito formado por un anillo, cuyo espesor de pared está diseñado de forma que pueda apilarse posteriormente.
El cálculo estático proporciona información sobre si el tanque respectivo puede elevarse o no. Un tanque que se coloca por encima del suelo de tal manera que el punto de la base, que la transición de la subbase a la pared que se puede ver, se llama un silo elevado. En este caso, hay que crear un anillo de protección contra las heladas antes de crear la capa limpia. Los depósitos que están total o parcialmente construidos en el suelo son silos profundos. Las paredes de estos silos se calculan de forma que puedan construirse completamente en el suelo, excepto la protección de entrada (30 cm de altura).
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