Una alternativa al cultivo tradicional es un arado de cincel dedicado al aflojamiento profundo del suelo hasta 65 cm. El punto de partida es la estimulación de la tierra en la capa del subsuelo. Su uso contribuye a la creación de un número suficiente de poros en el suelo, que favorecen el desarrollo de microorganismos, aumentan la circulación del aire y mejoran sus condiciones de humedad.
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