Este es el primer sensor del mundo disponible en el mercado para el pH del suelo o para cualquier propiedad química del suelo. Su funcionamiento es sorprendentemente sencillo, de hecho sólo tiene una parte móvil: un zapato para recoger muestras de tierra. Piensa en ello como una gran sonda de suelo en su lado. Cuando el cilindro hidráulico lo empuja hacia el suelo, el suelo fluye a través de él. Cuando el cilindro recoge el zapato, la tierra de la cubeta se presiona contra los electrodos de pH. Después de unos segundos el zapato se baja de nuevo para recoger más tierra. Al hacerlo, la nueva tierra que entra mueve la muestra de tierra anterior fuera de la parte posterior del abrevadero, y las boquillas de pulverización limpian los electrodos de pH. El zapato se levanta y el proceso se repite, sin que el operador realice ninguna acción ni se detenga. Aproximadamente 10 muestras por acre, miles de muestras por día, entregando mapas precisos y asequibles de la variabilidad del pH.
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