El cincel permite el laboreo sin necesidad de arado desde la cosecha. Debido a la estructura de las patas, rompe la capa inferior del arado y es una máquina colgante que hace el cultivo del suelo con menos terrones en los meses secos del verano, cuando no se puede hacer el procesamiento del arado.
La labranza del suelo puede realizarse a gran profundidad de trabajo con el cincel. De este modo, se asegura la aireación del suelo, evitando que el agua de la lluvia se quede en la superficie, arrastrando el agua hacia el fondo, preservando la humedad del suelo, rompiendo la capa dura y permitiendo que las raíces de las plantas desciendan cómodamente hasta el fondo.